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El ictus es una enfermedad cerebrovascular y se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar. Al ictus también se le conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis.
Ictus isquémico: Los ictus de este tipo son los más frecuentes (hasta un 85% del total) y se producen por una disminución importante del flujo sanguíneo que llega a una parte del cerebro. Esta falta de riego sanguíneo produce un infarto cerebral, que lleva a la muerte de neuronas por falta de aporte de oxígeno y de los nutrientes que van en la sangre.
Ictus hemorrágico: Auque menos frecuentes que los ictus isquémicos, la mortalidad en los ictus hemorrágicos es considerablemente superior. Sin embargo, a largo plazo, la recuperación de las secuelas suele ser mejor. Son debidos a la hemorragia que se produce por la ruptura de un vaso sanguíneo cerebral.
Accidente isquémico transitorio (AIT): Presenta los mismos síntomas que el infarto cerebral, pero su duración es corta (horas, minutos), algunas personas lo consideran como un "mareo". El AIT es el principal signo de advertencia de un ictus.
El ictus puede tener efectos sobre:
Las secuelas del ictus dependerán de varias causas:
Cada ictus es diferente y la recuperación es distinta en cada persona.
Datos de interés
El ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN). En Europa mueren 650.000 personas anualmente por esta causa y, de ellas, 40.000 son españolas. Al año se detectan unos 120.000 casos nuevos. De hecho, cada seis minutos se produce un ictus en España.
En 2016, según los datos del Servicio Madrileño de Salud y según la última memoria de actividades, el número de casos atendidos por accidentes cerebro vasculares, en los que se incluye el ictus, en el Hospital Universitario de Getafe es de 196 (siendo un 1,07%) y en el Hospital Universitario Severo Ochoa, de 152, equivaliendo a un 1,42 %. Se prevé que el porcentaje de atención será cada vez mayor debido al envejecimiento, al sedentarismo, mala alimentación, situaciones de estrés, tabaquismo... entre otras causas relacionadas con una mayor incidencia del ictus.
Desde Rehabictus apostamos por la prevención, desde la educación temprana y formación a intituciones, empresas y colectivos. El efecto multiplicador de la información nos ayudarán a una prevención eficaz.
La mayor parte de los casos de ictus se pueden evitar. Uno de cada seis personas en el mundo sufrirán un ictus, sin embargo, si se controlaran los factores de riesgo se podrían evitar hasta el 80% de los casos, según afirman los expertos.
Los factores de riesgo modificables para evitar el ictus isquémico coinciden en gran parte con los factores de riesgo de la enfermedad isquémica coronaria y son de dos tipos: por un lado, los factores de riesgo establecidos como la hipertensión, hiperlipidemia, diabetes mellitus, tabaco, estenosis carotídea, fibrilación auricular, anemia falciforme; y, por otro lado, están los factores potenciales, como son la obesidad, la inactividad física, la intolerancia a la glucosa, la nutrición deficiente, el alcoholismo, la hiperhomocisteinemia, la drogadicción, la hipercoaguabilidad, la terapia hormonal sustitutoria/anticonceptivos, los procesos inflamatorios y la apnea del sueño.
Seguir las recomendaciones médicas es fundamental para la prevención, os recordamos alguna de ellas:
Realizar actividad fisica moderada diariamente
Controlar el peso corporal.
Evitar el tabaco y consumo de alcohol
No consumir drogas